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Coser el río es un relato visual y afectivo generado con el trabajo de Victoria Gil (Badajoz, 1964), una de las primeras artistas españolas cuya práctica ha estado posicionada en las corrientes feministas desde sus inicios a finales de los años ochenta.
Obras creadas específicamente para esta exposición se muestran junto a otras anteriores que contextualizan su trabajo y ayudan a generar un espacio que elude formas de control e invita a dejar fluir los pensamientos y los deseos. Cuadros, dibujos, documentación de performances o prácticas textiles, plagados de referencias históricas y políticas, en los que la artista propone una clara desjerarquización de los géneros, formatos y técnicas establecidos a lo largo de la historia. Propuestas que versan sobre de las violencias de género, la construcción política de los cuerpos, los tabúes impuestos por la religión, las consecuencias de los procesos decoloniales y los efectos del capitalismo en nuestras identidades, deseos, cuerpos y subjetividades, temas a los que podemos añadir el amor y las relaciones que se derivan de las interpretaciones siempre subjetivas de este sentimiento, abordados con dos de las herramientas fundamentales de la práctica de Gil: la transgresión y un particular sentido del humor.
Victoria Gil no solo homenajea a mujeres conocidas que han pasado a la historia con nombre propio como Teresa de Ávila o las piratas Mary Read y Anne Bonny, entre muchas otras, sino también a las ciudadanas anónimas cuyas vidas y labores son tan fundamentales como las de las otras: trabajadoras del campo, cuidadoras, colonizadas palilleiras gallegas o bordadoras extremeñas en piezas en las que recupera la memoria doméstica de las mujeres que los relatos oficiales han obviado. Para ello, recurre a las artes textiles como lenguaje artístico entendiendo que la costura, el bordado y el tejido no son un pasatiempo de las mujeres relegado al ámbito de lo doméstico, sino una acción política feminista con el potencial de activar debates sociales.
Esta artista afirma trabajar desde la intuición, pero la suya es, sin duda, una “intuición” formada e informada, alimentada por lecturas, películas, exposiciones, conversaciones y experiencias, así como por reflexiones, que comparte con nosotras, para que juntas podamos coser muchos más ríos.
Esther Regueira, comisaria
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